Sigo (¿sigo?) a un periodista, Roger Senserrich, mediante una web/app, Substack (Bueno, a él y a varios más). Es una manera cómoda de recibir análisis e informaciones diferentes. En su blog, Four Freedoms, habla, normalmente, de Estados Unidos y ahora está bastante centrado en la carrera electoral. Lo cuenta de una manera muy interesante y (casi) divertida. Pero en uno de sus análisis sobre cotidianidades de la vida americana, comentó «El manual del señor Robert. Una rareza de la vida asociativa y política americana»: «Resulta que en Estados Unidos prácticamente cualquier grupo, asociación, asamblea, consejo, coalición, alianza, partido político o esplai pastoral usan un manual de procedimientos parlamentarios (…) llamado Robert’s Rules of Order, que es utilizado para guiar debates.» Un manual común, normalizado y asumido.
La estructura básica de una reunión bajo Robert’s Rules es bastante sencilla:
• Llamada al orden: inicio formal del debate; empieza a constar en acta.
• Asistencia: comprobar el número de asistentes y si hay quórum para tomar decisiones vinculantes.
• Lectura y aprobación del acta.
• Informes de los oficiales: aquellos que tienen que presentar datos o informar sobre algo al grupo lo hacen ahora.
• Temas pendientes: se toma en consideración o revisa discusiones sin finalizar de la última reunión. Hay mociones y se vota, si fuera preciso.
• Nuevos temas: el grueso de la reunión, con mociones, debates, y votaciones.
• Avisos: si alguien tiene que anunciar algo nuevo.
• Aplazamiento: se cierra el debate. Es necesaria una moción para ello.
Bastante parecido a lo que puede ser cualquier reunión aquí. Lo interesante es que casi todo el mundo lo utiliza. Es aceptado. Forma parte de la cultura asociativa. Hay una cultura asociativa que «sabe» hacer reuniones.
Evidentemente no resuelven los debates, pero agilizan y ordenan. Y, sobre todo, las tienen asimiladas.
Como concluye el post: «Como herramienta para mantener el debate civilizado, las reuniones cortas y no irse demasiado por las nubes, el manual del General Robert es bastante efectivo. Nada que un moderador competente no pueda hacer sin ellas, pero la virtud de estas reglas es que ofrece pautas predecibles y fáciles de preparar para que cualquiera sepa estructurar una reunión sin problema.»
Nos está faltando, entre otras cosas, una cultura asociativa que no eternice las reuniones, que las hagan efectivas, que nos permita dedicar más tiempo a la parte relacional para consolidar alianzas (el tomar algo que se dice por aquí), o para llegar a acuerdos. Y eso se puede conseguir recuperando o construyendo ritualidades, educando desde la infancia, siendo ejemplo, mostrando constancia. Necesitamos cultura asociativa en todas las organizaciones.
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