Rechazamos la violencia, nos adherimos a la legitimidad internacional y rechazamos las prácticas relacionadas con matar civiles o abusar de ellos en ambos lados porque violan la moral, la religión y el derecho internacional. La resistencia pacífica es la manera de lograr nuestros objetivos nacionales.
Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina.
En el actual conflicto entre Israel y Palestina se funciona en general con la memoria del pez. Si se analiza el conflicto sólo desde el ataque de Hamàs todo parece extraño, incomprensible. Josep Fontana el historiador marxista, decía de los conflictos en general, que los poderosos lo que hacen es esconder la situación de opresión de los débiles y cuando estos responden, aparecen como sin sentido, sin motivo. Como si fueran respuestas de un loco.
De entrada, hay que decir que hay un combate con el uso de las palabras. Los palestinos aparecen como terroristas, en cambio los israelitas son personas democráticas que se defienden y que “abaten” terroristas. No os dejéis engañar.
Hamás es una organización integrista religiosa financiada por la dictadura teocrática de Irán que asesina chicas por no querer llevar el velo. De hecho, en sus inicios Hamás fue financiado por el Estado profundo de Israel cuando querían acabar con Fatah y muy especialmente con Yaser Arafat. Una organización y un líder que eran socialistas y laicos. De hecho, era una organización consultora de la Internacional Socialista. ¿Por qué quisieron acabar con Arafat? Por lo mismo que querían acabar con el gobierno socialista de Afganistán donde la CIA financió a Al Qaeda. Además, Arafat murió en circunstancias inquietantes. El Kefieb, es el símbolo de Fatah, era el tradicional pañuelo de los campesinos palestinos y símbolo del socialismo laico palestino que todos en un momento de nuestra vida hemos llevado.
Ahora en el Estado de Israel manda un gobierno de extrema derecha con un primer ministro corrupto: Benjamin Netanyahu que quiere imponer un gobierno de jueces ultrareaccionarios y que ha generado protestas masivas. El Estado de Isabel no cumple las resoluciones de la ONU ni los acuerdos de Paz. Ha robado el territorio de Palestina y les ha dejado a sus legítimos propietarios dos espacios muy reducidos Cisjordania y Gaza. Han llenado ilegalmente de colonos el territorio que ocupan en la casi totalidad. Gaza ´s un auténtico campo de concentración de dimensiones colosales.
Cuando Von der Leyen en nombre de la UE dice que Israel tiene el derecho a la autodefensa, está mintiendo. Tendrían que exigir el cumplimiento de las resoluciones de la ONU y no hubiéramos llegado hasta aquí. Tampoco es cierto que haya una guerra. Hay un país con uno de los mejores ejércitos del mundo, Israel, y del otro lado no hay ni un tanque, ni un avión, ni un ejército regular. ¿Entonces de qué estamos hablando?
Israel ha realizado durante todos estos años una enorme limpieza étnica, dejando a los legítimos propietarios del territorio soló una pequeñísima parte. 2,3 millones de Palestinos viven en Gaza un pequeño espacio que funciona como la prisión más grande del mundo, un apartheid, como lo denominan las instituciones internacionales.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant dijo en rueda de prensa: “Ordené un asedio total sobre la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia». Llamar “animales humanos” a los palestinos pone los pelos de punta y se parece demasiado a cuando los nazis, deshumanizaban a los judíos y les llamaban ratas. En 2020, el relator especial de la ONU para Palestina ya denunció que el bloqueo de Gaza representa un crimen de guerra. Cuando oigáis que Israel ha enviado un misil a unas instalaciones de Hamás, tenéis que imaginar cuatro bloques de pisos fulminados, habitados por familias y centenares de muertos. Las escuelas que han sido lugares de refugio a manos de la ONU, ahora el ejército israelí ha empezado por bombardearlas. La señal: no hay escapatoria ni para los niños.
Cuando se cierra todo espacio a la esperanza, cuando no hay futuro, es cuando empieza Hamás. Y quien no tiene nada que perder y se sume en la desesperación puede lanzarse a cualquier cosa.
Aviso para navegantes, esta revista laica y de izquierdas seria prohibida por Hamàs y por Benjamin Netanyahu. Pero ante todo hay que tener una visión informada y crítica del mundo y a favor de los más débiles. Y estos son los palestinos.
Hubo un tiempo en que los judíos en Palestina hacían actos terroristas contra el colonizador británico. Menájem Beguin, primer ministro de Israel en 1977, el 22 de julio de 1946 participa en un atentado terrorista en el hotel King David, sede de la administración colonial británica, con el resultado de 91 muertos. La memoria es corta. Años más tarde Beguin recibió el premio Nobel de la Paz.
¡Qué tiempos aquellos en que el Estado de Israel había kibutz socialistas y el gobierno era abiertamente prosoviético!
Las causas vienen de lejos y las víctimas ahora son los palestinos. Estamos a las puertas del abismo.
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