Ángela Abós, Catedrática de instituto de Lengua y Literatura, ha ocupado multitud de cargos institucionales en la Administración local, regional y estatal. Fue Consejera de Educación y Cultura (1994-1995) del Gobierno de Aragón, años en los que se crearon un centenar de Casas de Juventud en Aragón. De ella ha escrito Eloy Fernández Clemente: “Creo que no ha habido una política aragonesa con tan importante haber en el último medio siglo”.
Durante casi treinta años fui profesora de Lengua y Literatura en bachillerato y desarrollé con mis alumnos la puesta en escena de veintidós obras de teatro. En el tribunal de mis primeras oposiciones hubo un serio desacuerdo entre el presidente y uno de los vocales – García Templado – sobre el contenido de la lista de nuestras representaciones. En esencia, el presidente discrepaba de que las autorías – Lorca, Valle, Buero, O´Neil , Casona, etc, fueran las más propias para la educación de adolescentes. Por el contrario, el otro catedrático defendía que ningún aspecto del arte les debe ser negado, tal como yo misma lo pensaba entonces y lo pienso ahora.

Hoy, en completa y gloriosa democracia, la política haría mal en olvidar que educar no es enseñar ni instruir en conocimientos concretos, sino ayudar a los jóvenes a concebir la vida como un todo compartido, donde nadie es más que nadie.
La Cultura constituye uno de esos valores a los que toda persona tiene derecho inalienable y,en especial, los jóvenes, siempre en trance de construir el futuro posible, llámese amor, amistad, solidaridad, compromiso, tolerancia, acogimiento del débil o del diferente.
Para los jóvenes de cualquier edad, el amor antes que nada; cuando explicaba a los poetas, buscaba, con trucos de profesor veterano, textos motivadores, de los que ahora recuerdo dos en particular :
” Una querencia tengo por tu acento/ y una apetencia por tu compañía / y una dolencia de melancolía / por la ausencia de aire de tu viento “ ( Miguel Hernández) y este otro “españolito que vienes / al mundo / te guarde Dios / una de las dos Españas / ha de helarte el corazón”. (Antonio Machado).
Yo entraba en clase, y sin decir una palabra escribía estos u otros textos en la pizarra y dejaba pasar un rato largo en silencio. A continuación, pedía que levantaran la mano aquellos o aquellas a quienes el texto les removiera tanto el sentimiento pasional como el pensamiento racional. Como nunca lo he contado públicamente, quiero decir aquí y ahora, que casi todo lo que sé, me lo enseñaron ellos.
El artículo forma parte del libro «Asaltar los suelos», donde 71 activistas y representantes sociales reflexionan sobre el movimiento juvenil en el 25 aniversario del MLPA.
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