
La Barranca no es Lardero, ni Logroño, ni la Rioja. La barranca es el mundo entero.
Jesús Vicente Aguirre, es el autor del libro: Escríbeme en la tierra. Son narraciones que explican como comienzos del mes de septiembre de 1936, en tiempo de vendimia, la tierra del barranco de la Dehesa de Barriguelo se tiñó de sangre. Llegaban vecinos de los pueblos que habían sido recogidos y transportados en camiones, ahora cinco, ahora debe, ahora quince. Muy a menudo transportaban el cargamento humano desde la Escuela Industrial o el cine frontón Beti-Jaqi de Logroño. Siempre de madrugada. “El convoy lo formaban normalmente dos coches pequeños que abrían y cerraban la marcha del camión que albergaba a víctimas y verdugos. En la entrada de una de las casas de Lardero, donde antes la habían depositado, se recogía la cal necesaria para la faena. A las víctimas se le ataban los pulgares, con los brazos a la espalda”. El mapa es grande, más de 44 pueblos de la Rioja, y también de Navarra. El trabajo de los pelotones de la muerte fue intensa, la madrugada del día 24 de septiembre, la saca es de cincuenta personas. “En Lardero fueron ejecutadas cuatrocientas siete personas, entre las que se cuentan setenta y nueve desconocidos”, escribe Cristina Rivero. “Asomaban todas las alpargatas en hileras. Allí no vi un zapato, todo alpargatas de humildes trabajadores…”, afirma uno de los testigos. Otro libro Holocausto en la Rioja, habla de las 2.000 personas asesinadas en La Rioja. “Como en todas las cunetas de la Rioja hacía falta el trabajo de enterradores, en este caso gente de Lardero, que pusieron las víctimas junto a las zanjas para que la tarea fuera más sencilla. Y aquellas tres zanjas, de las que se usaron dos y media, fueron recibiendo cadáveres que se iban cubriendo a medida que otros caían encima, separados miedo una capa del hace falta.”
Este barranco, con estas zanjas, las dos hileras y media, fueron el lugar de encuentro de las mujeres de negro cada primero de noviembre, con lluvia, truenos o nieve. Cada año se añadían más familiares y amigos. Desafiando a la Guardia civil y la alambrada, depositaban flores sobre la tierra y llevaban fotografías de los difuntos. Año tras año. El año 1976, las mujeres o damas de negro habían ganado la partida. Se inician unas obras para dignificar el lugar, y piden a las autoridades permiso para hacer un homenaje íntimo. El primero de mayo de 1979 se inaugura el espacio memorial de la Barranca. Alejandro Rubio Dalmati, artista y preso durante los primeros meses de la guerra, es el autor del monumento donde hombres y mujeres con los cuerpos retorcidos claman al cielo. El año 2011, se incorporó la escultura titulada “Las Mujeres de Negro”, obra de Óscar Cenzano. El 15 de diciembre de 2021, El Memorial de la Barranca fue declarado lugar de interés cultural. “La Barranca fue el terrible escenario elegido para asesinar, entre septiembre y diciembre del año 1936, a más de 400 personas, por defender o simplemente vivir los valores que representaba la II República: Libertad, democracia y justicia social. Nuestras “mujeres de negro” (madres, viudas, hijas y hermanas de los asesinados), desafiaron la represión del régimen franquista, mantuvieron siempre cono su tesón y su presencia, la memoria del lugar”. Podemos leer a los folletines y publicaciones editados por la Asociación de La Barranca.

Los encuentros de entidades memorialistas tienen diferentes componentes. Generar nuevas formas de intercambio y de conocimiento, defender la cultura, mejorar su transmisión en las aulas y preservar la dignidad de las personas y de los espacios de memoria. Justamente el que quieren eliminar las derechas extremas, un síntoma perverso de estos tiempos extraños.
Del 4 a 6 de octubre de este año tuvieron lugar a Logroño los “XIII Encuentros Transfronterizos de Memoria Histórica Democrática y Antifascista”. Nuestra compañera Encarna Fernández, hizo una crónica de las tres jornadas.
Pero sin duda el sábado 5 de octubre vivimos una experiencia única. Atardecer en el Memorial de la Barranca, decía el programa. “La emoción nos embarga al llegar por la tarde y ver las tres hileras de tumbas anónimas cubiertas con las fotos de la exposición itinerante “Mujeres de Negro”. Allá, contemplando las imágenes en blanco y negro de aquellas mujeres, aquellas damas de negro, recordé el comentario que el Dr. Martín Almada, descubridor de los archivos del terror en Paraguay, nos explicó que viendo un documental en Barcelona, en 2007, cuando descubrió por primera vez las Mujeres de negro. “Aquí empezó todo, las Abuelas de Mayo de Argentina, se inspiraron en las mujeres de negro”. Recomiendo de manera vehemente que visitéis este Monumento a la Dignidad, erigido y defendido cuando todavía no había leyes de memoria. Gracias a la tenacidad de aquellas mujeres que preservaron, en tiempos muy difíciles, los recuerdos e improntas, dignificando la tierra donde nunca faltan flores. Hay que ir con escuelas y su profesorado, por imperativo democrático.
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