Inauguración del Ateneo Stanbrook II, Zaragoza, 13 de diciembre de 2024.
(Como me dieron la orden de hablar seis minutos y soy una persona obediente que sigue las consignas que me dan debido a mi juventud comunista, en este artículo ampliaré un poco lo que dije aquel, día atropelladamente).
Es muy emocionante estar hoy aquí. En primer lugar, os tengo que dar las gracias por los cuarenta años de amistad. Recuerdo las Casas de Juventud, Ojos Negros, La Nave, el primer Stanbrook hace diez años. Y muy agradecido que me dejéis hablar hoy en un día tan importante como es la inauguración de este templo de esta Catedral de la República de Aragón. Hay gente, mucha gente, que dice vamos a hacer esto y lo otro, normalmente ponemos cara de: sí claro, por la noche barcos de guerra, por la mañana barcos de papel. (barcos, nunca mejor dicho; La Nave, el carguero Stanbrook, no sé de dónde viene esta manía de los aragoneses por los barcos). Pero cuando hablas con aragoneses laicos y progresistas y te dicen vamos a hacer no sé qué barbaridad de proyecto, tienes que poner cara de: esto lo veré yo. Y así ha sido
Vemos que gana Trump, que el PP y Vox no se hunden después de todas las barbaridades y corrupciones habidas. Vemos como los dirigentes de la UE son vasallos de los psicópatas ricos. Vemos como se ahoga gente muy pobre en el mediterráneo o en el atlántico incluidos muchos, muchísimos niños y no es que no hacen nada, mandan la armada para que las ONG no puedan salvar a la gente. Vemos como tenemos una derecha tan inútil que se va a un restaurante a pasar el día mientras se ahoga medio país y mueren más de 220 personas. Ni dimiten. Ni tienen mala conciencia. Desde aquí un recuerdo emocionado a nuestros amigos del Movimiento Laico y Progresista valenciano, la mayor parte de ellos ayudando en la zona cero, en primera fila desde las asociaciones pilotadas por la Fundació Horta Sud. Es un gigantesco esfuerzo.
Cuando vemos que los malos de Siria, son sustituidos no por Al Queda, sino por los que eren más malos que ellos, ISIS, ahora parece que son buenos. Han pasado de ser terroristas a rebeldes. ¿Y nos lo tenemos que creer? Y asistimos al brutal genocidio en Palestina que no tiene fin. Para encontrar paralelismos tenemos que ir al Sitio de Leningrado con dos millones de muertos por los nazis o el Gueto de Varsovia. En Gaza, en Cisjordania y en el Líbano no hay una guerra, no hay ejército en el otro lado. ¿Un libro sagrado dice que aquellas tierras eran de los judíos? ¿En serio? Los que reivindicamos la memoria del holocausto lo hacemos porque allí en aquellos campos infectos había, con los judíos, los republicanos españoles, que el nombre de este Ateneo rememora. Tanta muerte, tanta barbarie. Quedas aturdido. Te sientes impotente.
Según el premio nobel de economía Paul Krugman plutócratas que “solían disfrutar de la aprobación pública y ahora están descubriendo que todo el dinero del mundo no puede comprar el amor”. ¡Amancio Ortega paga impuestos de una vez! Vamos hacia una nomenclatura capitalista que están destruyendo el mundo, destruyendo las personas y que invierten para hacerse un refugio en Marte o en el desierto. A un asesor filósofo le preguntan estos plutócratas: una vez destruido el mundo y cuando solo quedemos nosotros en nuestros refugios ¿cómo podemos saber que los soldados que nos custodian no nos maten? La respuesta fue: cuiden el planeta y traten bien a la gente.

¿Nos preguntamos, que puedo hacer yo? La respuesta a mi entender esta aquí y ahora tenemos que hacer Palacios (José Luís) de invierno, primavera, otoño o verano (Sahún sea la temporada), sí un poco pillado, con Joni, Gadea, Moresan, Collado, Haled, Cristina, Alvaro, Corscostegui, etc. La solución no vendrá de fuera o por alguien muy inteligente, la solución está en todos nosotros, con pequeñas cosas que al final construyen grandes cosas y que cambian la mentalidad de la gente.
En serio lo digo. Está todo mundo preocupado con las noticias fake. Hay una de muy antigua que es que el día 25 de diciembre nació un niño en Palestina, hijo de una mujer virgen, que fue fecundada por un ángel. San José no había pasado por un ateneo laico y se lo creyó. Y además nos dicen que fue hijo de dios. Una cosa totalmente falsa. Si dios no existe, es imposible que tenga un hijo. Pero el problema es que la gente se crea que te ponen una vacuna, con ella un chip y te controlan la vida. Y que si vas a un acto en el Stanbrook cuando vuelvas, como no te has puesto Seguritas Direct, te vas a encontrar a una okupa sentada en el sofá del comedor de tu casa. Lo más probable es que se llame Ayuso, la que llevaba las redes sociales del perro de Esperanza Aguirre. Lo digo y me parece un fake. Tal y como está el mundo, llega un momento en que te ponen unas declaraciones de Ayuso y crees que es un montaje. El mundo se ha puesto muy complicado. Para tener gente que no se crea las fake hay que tener muchos Stanbrook llenos de gente joven.
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Propongo una idea radical “un método de transición al socialismo que combine la lucha parlamentaria con la movilización popular en todas sus formas, creando órganos democráticos de poder de base (cooperativas, asociaciones de vecinos, comités de pueblos, barrios, etc.) que busquen la profundización del concepto de democracia mediante la superación del carácter formal que las libertades políticas tienen en el estado capitalista». Se trata del XXVII Congreso de 1976 del PSOE. A un partido que propugnara esto ahora me apuntaba.
Max Aub escribía “Aquí no es que no haya libertad. Es peor: no se nota su falta.” Ahora podríamos decir: no es que haya sociedad civil de izquierdas laica es peor no es nota su falta. Y el Stanbrook viene a llenar este vacío.
No podemos olvidar nunca que somos mujeres y hombres de la edad de piedra con Internet. Nadie se hará de izquierdas militante mirando pantallas. Chris Anderson, exdirector de la revista Wired, bíblia de la cultura digital dijo: “En la escala entre los caramelos y el crack, las pantallas y APP están más cerca del crack”.

Para luchar contra la desesperanza hay que tener un Stanbrook o ahora dos, en cada ciudad en cada pueblo. Y en él hacer actividades. Un amigo me dijo cuando se acababa la transición y empezaba el desencanto, se han acabado los tiempos de reunir a mil personas, diez mil, cien mil. Ahora hay que trabajar de dos en dos y de cuatro en cuatro. Pues es lo que hay que hacer hoy, de dos en dos y de cuatro en cuatro. O hacer cursos de tiempo libro de 15 en 15 o conferencias o mesas de redondas de 20 en 20.
Hemos dejado en la estacada a los jóvenes, sin trabajos o muy mal pagados, sin pisos, sin poder tener hijos. Tenemos que cuidarlos y priorizar sus propuestas políticas. Neil Postman escribió hace muchos años: “Los jóvenes son los mensajes vivientes que enviamos a un futuro que no veremos”.
Y nos falta militancia, política, sindical, asociativa, periodística. ¿Por qué no hay militancia? Los posmodernos dicen porque la gente ahora no quiere, está en otras cosas…
Vale vale, muy bien, pero muy bien no nos va sin militancia. Propongo que los partidos de izquierdas expulsen los spin doctor y los directores de comunicación. Que salgan de las redes sociales y pisen la calle. Esta gente les propone a los políticos que digan aquello que la gente quiere oír. Y entonces ya no eres de izquierdas. La política de izquierdas es esencialmente pedagogía, razonamientos complejos de solucionen problemas que siempre son complejos.
Propongo una izquierda rápida. El 24 octubre de 2019 el gobierno, por fin, saca al dictador sanguinario Franco del Valle de los Caídos. Ahora en junio de 2024 el gobierno de España aprueba “una comisión interministerial para avanzar en la resignificación del Valle de los Caídos”. Este es un ejemplo de la lentitud en que cuando la izquierda gobierna hace las cosas. Marx nunca dijo que la izquierda tenía que ser lenta.
Hay mucha gente que dice en los medios: hay que empezar a hablar sin temor a la inmigración. A continuación, sueltan un discurso racista y afirman que la izquierda no dice nada. Hablémoslo nosotros. ¿Quieres impedir que los hijos de los emigrantes estén con sus madres aquí? Eres muy mala persona. ¿Quieres que la gente no salga de casa porque no lo pare un policía y lo devuelvan a su país? Eres repugnante. ¿Quieres poner la gente que no tiene papeles en un CIE sin haber hecho nada? Eres un cretino. ¿Quieres que los inmigrantes no tengan seguridad social? Eres un hijo de puta. ¿Quieres que un bebé no tenga médico cuando esté enfermo? Eres execrable. Porque nosotros somos buena gente. ¿Buenistas? Pues sí. Hay que dar papeles a todos las que están aquí y nacionalidad. Y combatamos a los fascistas, porque sí, porque somos buena gente. Nosotros somos inmensamente mejores éticamente que ellos. Tenemos la superioridad moral, mil veces. No hay que dejarse avasallar por fascistas que pretenden perdonarnos la vida. Y aún hay gente de izquierdas que se deja perdonar la vida.
Sabéis que hicimos una exposición en València titulada “Las victorias hay que saber verlas”. Pues hoy celebramos una gran victoria, una enorme victoria. Victoria contra la extrema derecha que os quería callados y sumisos y victoria sobre aquellos de izquierdas que cuando hay combate se ponen de perfil. Hay demasiadas personas buenas que callan.
El Ateneo Stanbrook es ya y será en el futuro el gran punto de referencia de las nuevas generaciones de aragoneses que, algún día, asaltaran los suelos.
Hay que crear minorías críticas inteligentes librepensadoras que tengan autonomía moral para juzgar el mundo y que sean capaces de mirar de hito en hito a los ojos del poder y retarlos como decía Elías Canetti. Amigos, vivimos en un mundo que parece que ha enloquecido. Lo que hay que hacer son pequeñas cosas a nuestro alcance, aunque no parece nunca suficiente pero que cabrea mucho a los poderosos. No se puede buscar la felicidad privada sin un entorno más o menos igualitario y justo. ¿Se puede ser feliz con dolor en cada esquina, en cada piso de tu bloque, en cada mirada? ¿Se puede hacer política sin la gente, sin el contacto con la gente, sin la relación con la gente? Poner una pantalla entre nosotros y la gente es un error, crea solo mentes patologizadas, gente que no le gusta la gente. Se trata de reivindicar la felicidad pública. Para mí hoy en este acto hay toneladas de felicidad pública. Hagamos política con la gente para ser felices.
Somos hijos y nietos del esfuerzo de la primavera republicana de los años treinta, e hijos y nietos del antifranquismo social y político que consiguió reconstruir la razón democrática a nuestro país. Queremos que el legado del pasado también teja nuestro presente hacia el futuro.
Gracias PD. Al día siguiente me fui de vuelta a Sabadell. Fui a la Estación Zaragoza Delicias para coger un tren destino Sants a las 8.52 de la mañana. El frio era espectacular, unos 2º que, con el aire circulante en el andén, la sensación térmica debía ser de -24º. Todos los viajeros habituales se distinguían porque iban con vestidos como para ir al polo norte. Un niño iba con un anorak de ocho tallas más. Los no habituales iban haciendo ejercicios de desentumecimiento típicos del Himalaya. Además, el tren llego veinte minutos tarde. Me acordé del padre, la madre, el abuelo, la abuela del arquitecto y de los políticos que le pagaron semejante disparate. Propondría detenerlos y sentarlos durante una semana día y noche en un andén de la estación. Propongo un cambio de nombre y llamarle “Estación la Pulmonía”. En homenaje al primigenio, el campo de futbol de Valladolid José Zorrilla conocido popularmente con este nombre.

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