Sábado día 2 al mediodía, es un día oscuro, llueve en Cubelles, entre Tarragona y Barcelona. Vemos el telediario y cuando explican otra cosa cambiamos de cadena. Los testigos que se van sucediendo en la televisión su escalofriantes, las imágenes dantescas. No puedo más: hijos de puta, hijos de puta, voy diciendo en voz alta. Montse me acalla, estamos conmovidos. Nos levantamos los dos de la mesa y nos abrazamos llorando. Ya han pasado cuatro días y aún mucha gente, demasiada gente están sin agua ni comida. Hoy han encontrado una abuela viva en un coche. Porque somos demasiado mayores por las tareas requeridas, pero hubiéramos ido directos a ayudar.
La AEMET había avisado a las 7,30 de la mañana que había alerta nivel rojo. Carlos Mazón se va a recibir un premio, hace un par de reuniones que no tienen que ver con la dana y los responsables de reaccionar reciben el lobby de los toros. Después se va a comer con una larga sobremesa. El mismo martes los GRAE de los Bomberos de la Generalitat, en tiempo récord, se ofrecen para ayudar. Por los que no lo sepáis este es el cuerpo de élite de bomberos catalanes, son los que rescatan escaladores heridos en una pared, o excursionistas en un barranco. Conducen el helicóptero en situaciones complicadísimas. Pues bien, este grupo de bomberos se van con maquinaría y un helicóptero hacia València, en Tarragona reciben la orden de volver, la Generalitat Valenciana del PP no los quiere. Hijos de puta. De hecho, el presidente de la Generalitat Catalana, Salvador Illa el primer día ofrece toda la ayuda posible. Mazón cuando da las gracias a los ofrecimientos recibidos, lo hace con todo el mundo menos con Cataluña y Navarra. Cualquier persona decente agradecería la ayuda incluso del diablo. Hay que recordar que esta no es una catástrofe a un lugar remoto del mundo: es a tres horas de Barcelona. Los bomberos vuelven, pero se van en coches particulares cogiéndose días de vacaciones. Después sabremos que lo mismo le ha pasado a mucha más gente. Por ejemplo, dos helicópteros andaluces que han ido a València, los hacen volver al cabo de dos días porque no tienen ninguna parte donde enviarlos. Hijos de puta.
Dichosamente la gente, el pueblo, los jóvenes se van de voluntarios y las entidades se mueven y se organizan. Una de las más significativas la Fundación Huerta Sur. Carlos Mazón sale y exige que los jóvenes no vayan a ayudar la gente. Hijos de puta. Después rectifica y quiere instrumentalizar los voluntarios y los cita al complejo de Calatrava. Solo pone 100 autocares, para 15.000 personas. Algunos están cuatro horas esperando. Mucho se van solos. Algunos autocares se encuentran la carretera cortada por falta de previsión. Algunos llegan al lugar a las 14 horas. Un caos. Mientras tanto la gente necesita ayuda desesperadamente. Hijos de puta. Una consejera, Nuria Montes mete bronca por la tele a los familiares de los muertos o desaparecidos porque quieren velar sus muertos o per preguntar por sus familiares. ¡Qué falta de humanidad! Nos enteramos que esta presunta señora era dirigente de la patronal valenciana. Los expertos forenses dicen que hay que tener cerca los familiares de los muertos y desaparecidos para poder tener información de quienes son, de pruebas de ADN, de cualquier detalle que sirva para identificar. Además, conviene darles asistencia psicológica especializada en casos de catástrofes. Hijos de puta.
Una gota fría puede provocar daños, pero esta gente facha además son inútiles, muy inútiles, extremadamente inútiles, totalmente inútiles. Esta gente del PP está para hacer negocios con las empresas amigas o para enriquecerse. No saben lo que es gobernar.
En l’Horta Sur, la cifra de 8.000 funcionarios públicos (para ayudar) no se logró hasta cinco días después. Mazón no los quería pedir. No sabían qué hacer. El organismo por las emergencias lo liquidaron solo entrar al gobierno. Ya deben de estar pensando cómo gastar dinero y quien cobrará comisiones. ¡Tienen la cara dura de abrir una cuenta por los damnificados! Hijos de puta. Las grandes empresas exigen a sus trabajadores que tienen que trabajar, algunos, muchos mueren. Primero los beneficios, muchos beneficios, después la seguridad de los trabajadores. Un joven valenciano recrimina a Joan Roig, amo de Mercadona, que obligue a trabajar a sus trabajadores en plena riada. No pide disculpas, “es mentira” le escupe Juan Roig. Será seguro uno de los hombres más ricos y odiados de los cementerios españoles.
En Horta Sud hay más de 200 muertos y el gobierno valenciano no hace nada. Cuando va Felipe VI para cubrir a Mazón es recibido a gritos: asesinos, asesinos. En realidad, el rey fuerza la visita en Paiporta, Pedro Sánchez no quiere. Felipe VI quiere aprovechar para hacerse propaganda. Vive en otro mundo. El rey ha parado una trampa al PSOE. No sabemos porque Sánchez no manda al rey a quedarse quieto. Es lo que toca en una monarquía que se llama parlamentaria. Ya había hecho una patética comparecencia vestido de militar desde las Canarias. La gente cabreada, muy cabreada grita: asesinos, asesinos! Tienen razón. Cuando lo increpan responde altivo: “Si quieres no vengo y me quedo en Madrid”. El servicio de seguridad del rey pega a los vecinos enrabiados, pero permite entrar al séquito un montón de gente neonazi. Felipe VI los llama y se abraza con un individuo que lleva una enseña de la División Azul que fue a combatir con las Waffen SS y habla con otro individuo con el 88 tatuado en la frente (Identificación de Heil Hitler). Felipe VI pero tiene que huir. Han enviado incluso caballos para reprimir a la gente que sufre.
Seguramente al no ser la Constitución federal, como la propuesta de la Primera República, lo agravia todo. Se verdad que cuando hubo la Covid de entrada el gobierno español quiso tomar las riendas de la situación, haciendo ruedas de prensa con militares, policías y guardias civiles. Un esperpento. Los costó días darse cuenta que sin el concurso de todo el mundo, comunidades autónomas y ayuntamientos no se podía hacer nada. El problema es que no está previsto que los gobernantes del PP sean tanto rematadamente inútiles. Feijoo fue allí a hacer una rueda de prensa para hacer politiquería de las más baja estopa. Ha quedado retratado. El día siguiente de la catástrofe a Castellón van los niños a la escuela. Nadie avisa a los padres. Peor no se puede hacer.
Se verdad que la lluvia no sabe llover, pero no estamos solo ante una catástrofe natural, es una catástrofe política e institucional. Si Mazón hubiera hecho caso de los científicos, no estaríamos hablando de 200 muertos, habría porque el agua lleva la escritura de propiedad, pero muchos menos.
Todos aquellos que critican a los jóvenes, hay que decirles que hay esperanza, estos miles y miles de jóvenes que han ido a ayudar, desde el propio País Valencià pero también como decía emocionada una abuela agradecida a unos jóvenes sevillanos y cordobeses, y de todas partes, que habían ido expresamente a ayudar. Gracias, gracias, gracias a los jóvenes, chicos y chicas que nos hacen creer en la bondad de la gente, en medio del dolor y la ineficacia mortal. Y gracias, muchas gracias a las entidades, esplais, Casas de Juventud, grupos scouts, asociaciones vecinales o fundaciones como la Fundació Horta Sud, que han sabido reaccionar
Y claro, ni olvido, ni perdón.
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