(Un espacio de entrevista que nace con la voluntad de compartir visiones y experiencias de personas relacionadas con las Casas de Juventud.) 

Viernes. 15:30h. Torrent 39.4353359213134, -0.46248746411462804

Esta vez nos centramos en una comarca que ha sufrido en los últimos meses de manera especial. Estamos con Laura A. Juan Díez, una persona implicada en la mejora del territorio valenciano y trabajadora de la Fundació Horta Sud. Gracias Laura por aceptar esta entrevista. ¿Nos puedes contar un poco tu trayectoria laboral y militante? 

Primero, estudié Ciencias Políticas, soy Politóloga, en la Universitat de València. Después hice el Máster en Análisis Político en la Universidad Complutense de Madrid y combiné el último curso con las prácticas extracurriculares en el Servicio de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Quart de Poblet. Para mí esta experiencia fue la primera toma de contacto con el mundo de las asociaciones desde el punto de vista laboral. Yo ya formaba parte de asociaciones del pueblo, pero en esta ocasión podía tener conciencia del tejido asociativo del desde de una vertiente más global. Ahora, este aspecto es fundamental para el trabajo que desarrollo.

Después de las prácticas y al acabar la carrera tuve una beca de posgrado también en el Ayuntamiento de Quart de Poblet en la concejalía de Gobierno Abierto desde del 2012 al 2016, estuve cuatro años. Era una visión en algunos puntos contrapuesta al anterior, pasábamos de hablar de participación entendida como sociedad civil organizada a hablar de participación, transparencia, colaboración entre ciudadanía y administración pública, pero desde de un punto de vista individualista. Entonces, confrontar estas dos visiones creo que ha sido muy importante para aprender mucho y entender el mundo. 

Mi parte activista viene ahora, formo parte de varias asociaciones del ámbito musical. Soy de la Banda d’Almàssera, que es donde vivo y donde mi hija estudia música. También soy socia de la Banda de Música l’Amistat de Quart de Poblet que es la banda de mis raíces, mi familia es toda de la banda y es donde yo tengo el sentimiento de pertenencia más fuerte. También estoy en el AMPA del cole de mi hija de una manera menos activa, pero soy socia, y sobre todo estoy muy vinculada a l’Orfeó Veus Juntes de Quart de Poblet, en el corazón, donde estuve de directiva como vicepresidenta entre 2013 y 2015 y ahora mismo he vuelto a la directiva como tesorera desde de hace un año y medio. 

¿Qué crees que te ha aportado este tipo de experiencias?

Me voy a centrar primero en el que significó estar dentro de una directiva. Para mí fue una experiencia muy enriquecedora, aprendí mucho: Tenía 26 años, bastante joven y me supuso dar un paso adelante. Es un aprendizaje porque asumes responsabilidades y te comprometes con el resto de la junta y de cara al resto de la asociación. Aprendes a gestionar expectativas propias y del grupo, aprendes a gestionar conflictos, a hablar en público, a trabajar en equipo, a escuchar. Escuchar de una manera diferente, no es el mismo escuchar a una persona que te dice algo que escuchar como está el sentir de la asamblea. Recomiendo a toda persona de la asociación que entre en la directiva porque te cambia la visión de lo que pasa y de lo que somos. 

En general, estar en l’Orfeó para mí es muy importante, es mi familia, es un sentimiento de pertenencia, de formar parte del grupo, cuando estoy allí sé que soy una más, es un espacio seguro, compartimos los mismos intereses, hacemos red. 

Mi asociación canta, nosotros decimos siempre una cosa y es que al final las respiraciones se acompasan e incluso los corazones laten al mismo tiempo y esto es una cosa que se siente, es una energía que no es puede explicar, se tiene que vivir. Se crean unos vínculos especiales entre las personas, nosotros somos un grupo muy diverso, pero que cuando cantamos juntos somos uno. Recomiendo a todo el mundo que participe en un coro, es superbonito, mi lema es: “No sense el meu cor.” (juego de palabras con “cor” (coro), ya que en valenciano “cor” también significa corazón) “No sin mi coro (corazón)”

El 29 de noviembre la comarca Horta Sud de manera especial sufrió los efectos de la DANA. Des de la Fundació Horta Sud, habéis hecho un trabajo enorme, reconocido y público, dejamos por aquí el enlace a vuestra web https://fundaciohortasud.org/campanya-sera-horta-sud/ donde contextualizáis la situación vivida. ¿Qué piensas que es lo más importante que te ha ayudado a continuar con la cabeza centrada?

Tengo que decir que no siempre hemos tenido la cabeza centrada, como todas hemos sufrido este trauma colectivo y emocionalmente ha sido una montaña rusa. 

Sí que identifico algunas cosas que a mí me han ayudado. 

La primera es el apoyo de todas las personas que de manera voluntaria se han sumado al equipo de la Fundació Horta Sud, y nos han ayudado. En un primer momento la magnitud era tan grande, y el bloqueo y el impacto tan grande que sin la ayuda de todas estas personas no hubimos hecho ni la mitad de la mitad del cual hemos conseguido, por eso estamos superagradecidos y para mí ha sido clave. 

Otro punto que identifico, es el trabajo en equipo, somos un equipo técnico que nos conocemos porque trabajamos juntas desde de hace mucho de tiempo, somos bastante complementarios, nos respetamos y trabajamos bien juntos, tenemos confianza, nos podíamos llamar al final del día para preguntar cómo estabas y como te había ido el día, esto también ha sido un punto fuerte. 

La tercera clave que identifico es la confianza en el propio proyecto de la Fundació y en la Fundació en sí. El saber que la entidad por sí misma aporta en la comunidad, la seguridad de sus raíces. La Fundació Horta Sud es una fundación comunitaria con 52 años de historia, que su razón de ser ha sido la de apoyar al tejido asociativo, fortalecer en la comunidad y en un momento de crisis como el que hemos vivido, se ha reafirmado su papel. Ha sido como un faro. ¿Qué es el que tenemos que hacer? Pues tenemos que continuar haciendo lo que llevamos haciendo estos 52 años. No hace falta inventar la rueda, lo que teníamos que hacer era fortalecer en la comunidad, detectar necesidades, apoyar a las asociaciones en lo que necesitan, cuando ellas necesitan y como necesitan. Hacerlo con calma y bien, y más en este contexto de caos en el cual hemos vivido y sufrido, daba mucha tranquilidad saber que nuestra función era la de siempre, acompañar al movimiento asociativo. 

En este “sálvese quién pueda”, en este escenario horroroso y mediático que hemos vivido, la manera de centrar-se ha sido esta, pensar a llegar a todas las asociaciones, sin discriminación de ningún tipo, con calma, sin precipitación, cuando ellas digan y como ellas digan. Esto pienso que ha ayudado mucho al equipo a mantener la calma y a trabajar con la cabeza centrada. 

Ya nos has ido diciendo cosas. ¿Pero podrías resumir la mejor fortaleza que piensas que tenéis como equipo?

Estoy contenta y orgullosa de formar parte de este equipo. Cómo he dicho antes, trabajamos muy bien juntos, sabemos cuáles son nuestros puntos fuertes y también nuestras debilidades como personas, y además hemos sido un equipo en los que los momentos de conflicto y tensión siempre se han resuelto con diálogo o de manera muy amable. Somos un equipo que nos estimamos, que nos tratamos como personas.

Somos un equipo diverso, con diferentes edades y capacidades, somos multifuncionales, estamos preparadas para todo, si hace falta montar una exposición se hace, si hace falta ir a hacer una visita pues la hacemos, si hace falta pensar y escribir documentos no hay problema. Estamos dispuestas a todo, somos personas comprometidas con la misión de la Fundació y esto va por delante. Creo que no podríamos hacer nuestro trabajo si no tuviéramos esta confianza en la Fundació y no nos comprometiéramos a formar parte de ella. 

También un punto superimportante del equipo es el director de la Fundació Huerta Sud, Julio Huerta, que es una persona que tiene muy claro hacia donde ir, y que gestiona muy bien al equipo, nos ayuda mucho, hace de amalgama del grupo. 

Hace tiempo que desde la distancia, estoy a vuestro lado y una cosa que os identifica es vuestro lenguaje amable, vuestra manera de generar confianza y de escuchar. ¿Cómo piensas que todo esto ayuda en la mejora del territorio?

Pienso que todo esto es uno de sus valores añadidos a la Fundació. Valores más vinculados al feminismo, en contraposición al poder, al individualismo y a la fuerza. Los cuidados, la amabilidad, el tratarse bien son valores que predominan en la forma de hacer de la Fundació. Esto es clave, porque genera confianza, y la confianza en una relación es uno de los pilares básicos. Sin confianza no puede haber relación. 

Creo que es muy importante, que ahora que se ha demostrado que la Fundació en estos 52 años ha cultivado unas relaciones muy buenas y muy sanas con la comunidad Huerta Sud y más allá, ahora esas relaciones están fructificando y en el momento de crisis y necesidad como ahora en la gestión de la DANA estamos recibiendo tantos y tantos apoyos de tantísimas personas y entidades que confían en nosotros y canalizan su ayuda en la reconstrucción de la comarca a través de la Fundació Horta Sud. 

La confianza es de ida y vuelta, la confianza se tiene, pero también se da, es importante confiar en las asociaciones y en las personas. Últimamente, el lenguaje y la forma de tratar a las asociaciones desde la administración pública choca con esto. Hay demasiada burocracia, demasiada agresividad, hace falta demostrar constantemente que las asociaciones no están haciendo los coses mal, todo es farragoso. Frente a esto la Fundació tiene el convencimiento de todo el contrario, facilitar la vida y confiar que el qué pretenden las asociaciones es mejorar nuestro entorno y nuestra vida, y vivir de la mejora manera posible. 

En este sentido, uno de los problemas que veo en nuestros municipios es la pérdida del afecto y de la confianza en las instituciones públicas y que si poco quedaba, la gestión de la DANA lo ha acabado de rematar. Creo que hay una relación muy estrecha entre el tratarse bien, escucharse y generar confianza en la recuperación del afecto. Pienso que recuperar este afecto con las instituciones públicas es clave para poder mejorar nuestros barrios y pasa primero por la confianza. 

Para ir acabando. ¿Cómo te gustaría ver la comarca de aquí a 5 años?

Me encanta el acotamiento temporal que plantea la pregunta, porque es suficientemente amplio como para dar un margen al trabajo de reconstrucción y de propuesta de mejora, pero tampoco es tan amplio como para hacerte soñar y no ser realista. Me gustaría ver una comarca que recupere la confianza en el Estado y vuelvo a decir que esto es el mayor peligro de este momento. La desconfianza en todo es un campo de cultivo para muchas cosas que no queremos. Me gustaría que la comarca estuviera sanada, que confiara a nivel social y una comarca que haya sabido partir de esta catástrofe para convertir todo lo vivido en una oportunidad de mejora y de transformación. Me gustaría que de aquí a 5 años pudieran decir que hay conexión entre los veinte municipios de l’Horta Sud, conexión de transporte accesible, que hubiera más espacios verdes, que hubiera más espacios comunitarios, una comarca donde el tejido asociativo salga más fuerte. Una comarca que aproveche todo su potencial económico, social y medioambiental. Sé que es muy genérico pero, por qué no soñar un poco. 

Gracias Laura, 

A ti para darme la oportunidad de estar en este medio.