Como no sabemos vivir y encima mucha gente no quiere mejorar acudiendo a un psicólogo o a un psiquiatra lo que hacen es dejarse llevar por el móvil, una especie de psiquiatra de pacotilla que nos conduce por la vida. De hecho, ya hay mucha gente que en vez de ir a los centros de atención primaria pregunta a la IA. Esta cuando no sabe responder responde con lo que los expertos llaman “alucinaciones”. Es decir, se inventan las soluciones. Es como si cuando estas enfermo vas a consultar a alguien que se acaba de inyectar LSD. Fantástico.
Bien mucha gente ya no mira mapas y al viajar se deja guiar por el GPS. Nadie confirma si acabas dando una gran vuelta o si la via corta en realidad es un camino vecinal sin asfaltar de 40 kilómetros. Tenemos una confianza ciega en la tecnología, inclusa más que en nuestro propio raciocinio. Así pues, si el GPS dice que hay que pasar por un sitio, aunque haya un precipicio preferimos lanzarnos por él antes que cuestionarnos una pizca la vida. Un campesino muy mayor me decía “lo más tonto es la persona”. Él decía que cualquier animal se trata a si mismo mejor que nosotros. En el fondo un planteamiento digno de Friedrich Wilhelm Nietzsche cuando escribía que “el hombre es el menos logrado de los animales, el más enfermizo, el más peligrosamente desviado de sus instintos”.
Bien siento deciros que no hay atajos y que para coger el buen camino no hay GPS.

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