Soledad Duré Bañuelos y Marcello Lachi son activistas del movimiento asociativo laico y progresista paraguayo y fundadores de la Casa de Juventud de Asunción.
Existe un sutil pero largo hilo rojo que une a Asunción (Paraguay) con Zaragoza (España). Un ovillo de tejido que empezó a desenrollarse en los primeros años de aquella transición democrática que sacó a Paraguay de una larga y opresivas dictadura llevándola a una estación nunca vivida de democracia y participación social, y que continúa hilando contactos y relaciones desde esos años lejanos hasta hoy en día.
En esos mismos años en que las Casas de la Juventud de Zaragoza y Aragón eran objeto de una dura embestida por parte de una derecha reaccionaria y opresora que mal soportaba la existencia de espacios autogestionados donde los jóvenes aprendían a participar en la vida cívica y política de la nación, y que acabó con el cierre masivo de estas, poniendo fin a una hermosa experiencia de libertad y democracia; del otro lado del Atlántico un pequeño grupo de jóvenes, recién salidos de la experiencia de la lucha estudiantil secundaria, estaba decidiendo replicar en tierra guaraní esa experiencia, dando vida a la Casa de la Juventud de Asunción.
Un espacio de auto-organización juvenil que pocos meses después, y prácticamente en contemporánea con el surgimiento del Movimiento Laico y Progresista de Aragón, trasformaba ese colectivo en una Fundación con personería jurídica y estatutos, lista para volverse un actor central del debate político nacional sobre temas de juventud.
Veinticinco años son muchos y ya no queda nadie de ese primer grupo fundador de la Casa de la Juventud de Asunción, todos arrastrados hasta otras experiencias de vida, en la convicción que una Casa de la Juventud debe ser conformada por jóvenes para tener sentido. Así que con el cambio generacional, que periódicamente renueva socios y directivos de la Fundación, se perdió también la memoria de aquellos primeros encuentros con la experiencia de Zaragoza, se interrumpieron los contactos y el hilo que nos unía estuvo a punto de romperse. Sin embargo la vida es sorpresiva y cuando ya ni siquiera quedaba el recuerdo institucional de ese histórico enlace, un proyecto de cooperación con otras finalidades permitió que estas dos experiencias se encontraran nuevamente, en ese increíble espacio que es el Centro de Formación La Nave de Torrellas, hace ya 10 años.
Y después todo fue un recuperar el tiempo perdido: viajes de paraguayos a Aragón y de aragoneses en Paraguay se sucedieron cada vez con más frecuencia, siempre con recursos propios, siempre con la voluntad de crecer juntos a través del intercambio de ideas y culturas. Un relacionarse continuo y permanente que nos confirmaba todo el tiempo cómo ese hilo que nos une se estaba volviendo cada vez más grueso y fuerte, que sostenido por ideales y principios comunes, la distancia o los escasos recursos no podían afectar.
Hasta llegar a hoy, cuando tanto el Movimiento Laico y Progresista de Aragón, como la Fundación Casa de la Juventud de Asunción cumplen juntos 25 años, y se preparan a enfrentar con frente alta los próximos veinticinco. Años que seguramente recorreremos con una mezcla de entusiasmo y temor, pero fuertes gracias a ese hilo que nos une, y conscientes que ningún desafío futuro es imposible teniendo a nuestro lado a estos compañeros y compañeras.
¡Buen Aniversario MLPA!



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