El 6 de noviembre se produce la Marcha Verde de Marruecos. Es decir, la invasión del Sahara Occidental español. El vetusto ejército español fascista fue incapaz de defender su territorio, en una traición sin parangón. El ejército español siempre ha sido más eficaz reprimiendo y matando españoles que defendiéndolos. Joan Carlos de Borbón tampoco hizo nada. (El 10 de diciembre, la ONU aprobó la Resolución 3458 B, con los votos de España y Marruecos, donde se dice que el Sahara Occidental tiene “el derecho inalienable de todas las poblaciones saharianas originarias del territorio a la libre determinación”).
La primera operación dura tres horas Franco dice «es duro morir.” Su macabra familia demostró una sed de poder y dinero infinitas. ¿Por qué todo esto? Porque la familia lo mantenía en vida a toda costa para renovar los cargos del régimen como Alejandro Rodríguez presidente del Consejo del Reino y de las Cortes que se acababa el 26 de noviembre.
Sufriendo más hemorragias sin control el día 7 de noviembre lo llevan a La Paz. El marqués, aunque lo intenta, ya no puede frenar el traslado. Once vehículos, precedidos por motoristas, enfilan el sanatorio por un camino inusual, todo es un caos. También llega una segunda comitiva con el brazo de Santa Teresa y el manto de la Virgen del Pilar. La operación dura cuatro horas y le quitan el 90% del estómago. Le localizan 11 úlceras sangrantes. El día 14 le operan por tercera vez. Hay 32 médicos a cargo de la situación. Preston describe el momento: «Ya está muerto en vida y la prolongación de su existencia es absolutamente artificial, ante las críticas de algunos de sus allegados y de algunos miembros del equipo médico, a los que el marqués silencia con la mirada. Todos los jerarcas del franquismo se agolpan en el hospital, nadie lo podrá ver”.
Toda España seguía la lectura de los partes del «el equipo médico habitual.” La prensa clandestina publicaba con evidente humor negro militante «Abreviemos por favor.»[3] Lo mantenían a 33 grados y probaron en él todo tipo de tratamientos de lo más extravagantes y acientíficos. El Dr. Pozuelo dice que se ensayaron «todos los tratamientos que se nos ocurrían.” Es el lance final a un tipo que hizo gala de menosprecio a la cultura y la ciencia. Este menosprecio a la ciencia se convirtió en una venganza.



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