Salvador Seguí o les tres vidas de un anarcosindicalista (sindicalismo, revolución, hegemonía y frentepopulismo)
Antología con textos escogidos a cargo de Roc Solà
Prólogo Xavier Domènech
Editorial Verso Libros
Primera Publicación de Memoria del Futuro y Debats pel Demà.
Colección Clásicos Radicales
Un cuerpo cayó sobre el frío pavimento del Raval.
Era un hombre corpulento. Le habían disparado. Su nombre: Salvador Seguí, el Noi del Sucre, líder de la Confederación Nacional del Trabajo. Era un día cualquiera de marzo, un día cualquiera de la Barcelona de 1923, justo hace cien años, en un momento en que pistoleros pagados por la patronal perseguían a los sindicalistas de la CNT pistola en mano. Francesc Cambó, ministro de la Lliga Regionalista en el gobierno de la Restauración monárquica, había recorrido Barcelona con el somatén, auténtica fuerza parapolicial, apoyando un fusil en su espalda.
¿Por qué fue asesinado Salvador Seguí? Es fácil perderse en los recovecos de esa ciudad convulsa de anarquistas, cabarés, pistoleros y conspiraciones republicanas para resolver esa pregunta. Pero para poder resolver bien esa cuestión es más importante investigar la vida de Salvador Seguí y no solamente su muerte. Pintor de paredes de profesión, Seguí tuvo una vida llena de barricadas, deseos de cambio, creación de sindicatos, victorias obreras, la publicación de dos novelas, y viajes a Francia y el conjunto de España para hacer llegar a todas partes la esperanza de una nueva civilización socialista sostenida en los sindicatos y en el rol transformador de la cultura. Para recuperar su memoria y traerla de nuevo hasta nuestro presente de crisis, desigualdades, corrupción y guerra y ver qué horizontes nos traslada, es necesario recorrer los textos que escribió y los discursos que pronunció la figura más destacada del anarcosindicalismo del siglo pasado.
Cien años después de la muerte del Noi del Sucre, se han realizado una cantidad importante de actos institucionales, sindicales y políticos para honrar su memoria y se han elaborado materiales como podcasts, exposiciones museísticas o documentales biográficos. Parecería que en 2023 ya se podría hablar de que la burguesía asesinó a través de sicarios a sueldo a Seguí, pero no es así.
En Menorca fue prohibido por el Ejército un acto dedicado a la memoria de Seguí frente a la cárcel de la Mola, donde estuvo preso poco antes de morir, junto con otros militantes sindicalistas o republicanos como Lluís Companys. Es evidente que el estamento militar preferiría que la memoria no enturbiase su política tradicional de olvido y silencio.
Siguiendo este objetivo de recuperación, Memoria del Futuro, en colaboración con el colectivo Debats pel Demà, lanzará este otoño una antología de textos y discursos de Salvador Seguí. Esta antología, que se ha podido realizar gracias a la necesaria labor editorial de la Verso Libros, tendrá además un prólogo realizado por Xavier Domènech, que pone en contexto histórico y político internacional la figura de Seguí y sus nociones de sindicalismo revolucionario, de hegemonía y de frente-populismo avant la lettre, y que compara en cierta medida la tarea organizadora de Seguí con el pensamiento de otros líderes del movimiento obrero de la talla de Antonio Gramsci o Rosa Luxemburgo. Esta antología la ha confeccionado y coordinado el historiador Roc Solà, que ya ha publicado textos olvidados de otro republicano ilustre perdido en el olvido y coetáneo de Seguí, el escritor y político mallorquín Gabriel Alomar.
Salvador Seguí, Francesc Layret y Lluís Companys. Tres amigos que sufrieron la cárcel o muertes prematuras. Pero, aun así, vidas llenas de sentido y deseo de cambio social. En el caso de Salvador Seguí, tuvo un papel muy relevante en el desenlace de la Huelga de la Canadiense en Barcelona, que a partir de un conflicto sindical en una empresa eléctrica se extendió a todos los sectores y consiguió paralizar durante más de cuarenta días la industria de Catalunya. El resultado fue que España se convirtió en uno de los primeros estados del mundo en reconocer la jornada de ocho horas. Si esto no fuera suficientemente histórico para el proletariado catalán, la patronal accedió a pagar a los trabajadores todos los días que habían estado en huelga. La CNT llegó a tener más de un millón de afiliados en Cataluña, en un país con la mitad de población que la actual. La población catalana estaba conformada por casi dos millones y medio de personas y España poco más de 21 millones. La tasa de afiliación del 40% en Cataluña de aquel momento está muy lejos de la actual, que a penas llega al 15%, para hacernos una idea de la tremenda organización social que existía.
No parece muy extraño que la burguesía, sintiendo temor, abandonase todo respeto por las libertades civiles y optase por la vía armada. Pocos meses después de matar a Salvador Seguí, se establecía la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, antiguo Capitán General de Cataluña. Se quería así el “estado catalanizado”, es decir, un estado que reprodujera en el resto de España la misma represión antisindical que se había producido en Cataluña.
Finalmente, cabe destacar que Salvador Seguí fue un gran defensor de una visión confederal y diversa de la cuestión nacional en Cataluña y en España. Así como otros destacados anarcosindicalistas como los futuros ministros Frederica Montseny y Joan Peiró, Seguí estaban imbuido del pensamiento republicano federal de Francesc Pi i Margall y contribuyó a sentar las bases de un catalanismo popular y obrero, enfrentado a la “farsa catalanista” burguesa de la Lliga Regionalista.
“Y no desesperamos, que el calvario a recorrer ha de ser largo”, decía Seguí desde una cárcel menorquina, y no le faltaba razón. Las tareas de organización del pueblo trabajador conllevan un esfuerzo gigantesco, que supera las capacidades de las personalidades individuales. Por eso, la unión de los oprimidos en amplias alianzas es la llave de la victoria. A Salvador Seguí lo mataron hace cien años, pero muchos seguimos empujando por el triunfo de la Confederación.