Empezamos un 2023 lleno de retos en Horta Sud. Retos que coinciden con los que afrontamos, a escala mundial, como civilización. Y es que las evidencias son claras y los datos, cuando hablamos de emergencia climática o de reparto desigual de la riqueza, incontestables. Cuando, año a año, comprobamos cómo menos personas acumulan cada vez más riqueza, en detrimento de una cada vez más amplía mayoría más pobre, queda claro que nos encontramos en un sistema injusto e inmoral. Cuando un sistema permite que el 1% de la población mundial posea la misma riqueza que el 82% del restante, o que solo ocho millonarios ostentan la misma riqueza que la mitad mundial más pobre -4.000 millones de personas-, queda claro que necesitamos cambiar el sistema.
Pero el desafío es tan grande que, si no lo afrontamos entre todas y todos, puede paralizar: ¡se trata, nada más y nada menos, que de salvar la humanidad! Parece inalcanzable y, muy a menudo, no sabemos ni por dónde empezar. Ahora bien, como ya se preguntaba Albert Camus en Moral y Política, «¿tenemos que renunciar a este esfuerzo por el simple hecho que parezca inalcanzable?». La respuesta es clara: no.
No tenemos que renunciar, sino simplemente medir la dificultad y hacerla ver a quién, de buena fe, lo quiere simplificar todo. Necesitamos claridad de ideas para podernos imaginar el futuro, y adquirir conciencia de la gran dificultad del reto para afrontarlo porque, como decía Séneca, «no nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos».
Mientras esperamos acuerdos y medidas valientes a escala internacional que no llegan, como ciudadanía organizada, instituciones públicas o tejido empresarial comprometidos con el territorio tenemos que atrevernos e imaginar cómo nos gustaría que fuera nuestra comarca, nuestro territorio inmediato. Porque, como constatan desde la Fundación Metrópoli, «los grandes retos de la humanidad se afrontan desde la escala de las ciudades». Según su fundador, Alfonso Vegara, «cuando un territorio tiene proyecto de futuro puede captar inversión, talento e iniciativas en la dirección establecida», cosa impensable en aquellos que no tienen.
En l’Horta Sud sabemos bien de qué va esto de pensar colectivamente desde la ilusión de construir el futuro. Hace casi dos años ya hicimos este ejercicio de imaginación en una edición especial de la Revista Papeles donde, en el marco de la presentación de Serà Horta Sud 2030, ilustrábamos cómo nos gustaría que fuera Horta Sud en los próximos años. Atrevernos a imaginarlo y la determinación colectiva de llevarlo a cabo nos ha permitido dar pasos que, curiosamente, parecían inimaginables, especialmente en movilidad sostenible y transición energética.
¿Y la receta? Pensar, trabajar y rehuir de egos. Porque si ahora mismo Horta Sud está avanzando en estas y otras muchas materias es gracias a la tarea de todas y todos, aportando cada una desde sus ámbitos y sus posibilidades. Se trata, en definitiva, de la misma receta que ha hecho posible la eliminación de la denominación Horta Oest y, por lo tanto, el reconocimiento definitivo de Horta Sud como comarca de pleno derecho.
De cara a 2023, tenemos la obligación moral de, entre todas y todos, seguir trabajando para avanzar en la configuración de territorios justos, igualitarios, plurales, inclusivos, solidarios y verdes. Y para hacerlo posible hace falta, necesariamente, un cambio cultural en la política, las empresas y la sociedad civil. Contra el desencanto, el afecto, y contra la desesperanza, la esperanza. Porque como decía José María Mendidulce en Tiempo de Rebeldes: «sueña y anímate, que sí: que es posible lo que sueñas. Y que el ánimo es tan contagioso como la desesperanza».
Artículo publicado originalmente en la edición de Horta Sud de enero de 2023 de El Periódico de Aquí: https://www.elperiodicodeaqui.com/epda-noticias/imaginem-el-futur/304642