El texto que se reproduce a continuación es un extracto del libro Nietas de la República, de Jordi Serrano. En este apartado, el autor expone el hilo que conecta las luchas de hoy con las de ayer: el republicanismo.
Hay razones históricas del arraigo en Aragón de las ideas republicanas, Trasobares nos lo describe muy gráficamente: “Aragón tiene una larga tradición republicana federalista, posteriormente anarquista y socialista en algunas comarcas como las Cinco Villas. Pero a finales del siglo XIX e inicios del XX en Aragón, aparte de las tres capitales de provincia había una serie de localidades intermedias que ahora están muy disminuidas, por ejemplo, Tarazona, Borja, Ejea de los Caballeros, Calatayud, Jaca, Sabiñánigo, Fraga o Barbastro. Eran localidades que en su momento tenían un peso importante y una cierta actividad cultural. A partir de los años sesenta de estas localidades la gente se va marchando. Aragón tiene muchas comarcas en lo que ahora llamaríamos la España vaciada. En Huesca hay más tradición asociativa, bien porque hay una derecha más civilizada, bien porque se mantiene una memoria progresista y republicana que también viene de muy atrás. Siempre ha habido y todavía hoy hay más vidilla cultural. En Huesca siempre ha habido más tejido asociativo que en el resto de Aragón. Actualmente tiene mejores restaurantes que Zaragoza, más estrellas Michelin que Zaragoza y tiene un equipo luchando por quedarse en primera, mientras el Real Zaragoza tiene muchos problemas”.[1] Víctor Viñuales nos relaciona republicanismo con política de juventud: “Cuando hicimos el primer Plan Joven reunimos a nueve o diez personas expertas en políticas sectoriales de juventud, entre ellos Jaume Carbonell de Cuadernos de Pedagogía o José Luis Zárraga, sociólogo que hizo el primer Informe de la Juventud Española. Los juntamos en un balneario para que nos dijeran qué pensaban de lo que estábamos haciendo. Zárraga nos decía que comparativamente con la juventud en Europa había temas que nos separaban muy claramente. Uno de ellos son las actividades en relación con la naturaleza. En el Reino Unido, donde Birdlife tiene más de un millón de socios, en España igual tiene dieciocho mil socios. En Dinamarca, cuando en las encuestas les preguntan si confían en sus vecinos, tres de cada cuatro dicen que sí; aquí es uno de cada cuatro”. Cultura, incluso gastronomía, preocupación por los espacios comunes, espacios naturales, planeta Tierra y los seres vivos que viven en ella, la capacidad asociativa y la confianza entre los ciudadanos son elementos centrales del republicanismo. José Ángel Oliván nos hace unas brillantes reflexiones sobre la naturaleza del poder: “El laicismo, el republicanismo y el progresismo son expresiones de algo más profundo, en este caso es del contrapoder. Por eso es tan bonito y nos gusta tanto. El laicismo es una oposición al poder establecido, el progresismo trata de poner dificultades al poder. No hay nada más claro que el contrapoder: un sindicato. La función de la gente de izquierdas es convertirnos en un contrapoder enorme porque el poder que tenemos enfrente es muy potente, ya no solo el poder político, ni siquiera el poder económico, sino el poder institucional, el estado profundo y la confabulación de los altos funcionarios: jueces, militares o abogados del Estado. Esto es el poder. Y nosotros tenemos que ser el contrapoder que diga: no van a mandar ustedes, va a mandar la gente”. O la gente de izquierdas tiene confianza en el pueblo o no hay transformación posible. De hecho, la frontera entre derecha e izquierda, entre acción y reacción en España, seguramente es la laicidad, una cosa que sabían muy bien los franquistas.
En cambio, nosotros hemos perdido el hilo conductor. Este hilo conductor es sin duda el republicanismo y la laicidad. Todos los republicanos que aún están en las cunetas de España lo sabían. Nosotros lo hemos ido descubriendo. En todas las actividades del MLPA a lo largo de estos años existe una indeleble tinta ideológica (como nos ha explicado Walter Benjamin), que tiene implícitamente aire de republicanismo y de antifascismo.
Tal vez la primera experiencia después de la II República de actividades asociativas de cultura popular en muchos pueblos y ciudades de Aragón fueron las Casas de Juventud, dignas continuadoras de las Misiones Pedagógicas de la II República. Probablemente algunas de estas Casas de Juventud significaron la primera experiencia cultural de sociedad civil organizada después de la Guerra Civil. Aquel grupo inicial de los dieciséis impregnó desde el primer día a las Casas de Juventud del espíritu laico y republicano. Esto es muy inusual porque en democracia muchas entidades se crearon y se plantearon de una forma muy neutral, entendiendo el consenso como falta de valores, como neutralidad benevolente. Crear conciencia social, espíritu crítico y capacidad de análisis es la base y fundamentación de las izquierdas. Es sorprendente que la derecha sí que sabe localizar sus peligros rápido y por eso liquidaron las Casas de Juventud como hemos explicado en la primera parte de este libro. Cuando el PSOE y el PCE abandonan el republicanismo, dejan de lado más cosas que una reivindicación del antifranquismo o una reivindicación de un referéndum entre monarquía o república como proponía la Junta Democrática de España, en 1974: “la celebración de una consulta popular, entre los doce y los dieciocho meses, contados desde el día de la restauración de las libertades democráticas, con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado”. [2] Abandonan la idea de una profunda transformación ideológica, abandonan la idea de conseguir la hegemonía. Con ello abandonan los principios y valores republicamos, entre ellos la voluntad de transformación y para ello la necesidad de incorporar a los jóvenes con generosidad. El problema es que las Casas de Juventud o ahora el propio MLPA en vez de verlos como un instrumento asociativo republicano, los ven como el foco que pone al descubierto sus fracasos. Los referentes ideológicos los vamos encontrando en documentos diversos, aunque es cierto que la política de comunicación del MLPA es seguramente uno de los déficits más importantes. Tiene su origen, seguramente en la idea de que la sobreexposición mediática de Casas de Juventud fue unos de los elementos que provocaron la brutal reacción política e institucional que llevaron a su liquidación.
Para acabar lo hacemos con dos frases de grandes pensadores izquierdosos de un documento del MLPA de 2016[3]: Antonio Gramsci “Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda su inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo su entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda su fuerza”. Y Anton Makarenko: “Educar a un hombre significa educar en él vías de perspectiva, por las que se distribuye su felicidad de mañana”.[4]
[1] José Luis Trasobares: La segunda oportunidad. Crónica sentimental de los años setenta. Biblioteca Aragonesa de Cultura, Zaragoza, 2007.
[2] Juan Carlos Monedero: La transición contada a nuestros padres. Nocturno de la democracia española. Libros de la Catarata. Madrid, 2017, p. 173.
[3] Torrellas. Territorio joven. Centro de formación La Nave. Un espacio para el desarrollo rural y la estructuración social. Power Point. MLPA, 2016.
[4] Publicado en Anton Makarenko: Poema pedagógico. Akal. Madrid, 1996.
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