Estos días hay dos jueces que están delirando. Son los jueces Manuel García-Castellón y Joaquín Aguirre. Los dos intentando acabar con el gobierno de izquierdas a partir de sus prejuicios xenófobos contra la minoría nacional catalana. Me explicaré. ¿Quién es García-Castellón? Es el juez que impidió la instrucción de las desapariciones de españoles durante la sangrienta dictadura chilena, impidió que declarara Adolfo Scilingo, militar condenado por crímenes de lesa humanidad (torturas salvajes) ¡Vaya patriota español! Antes de a los españoles defiende el fascismo. Recordamos que en Chile había un régimen donde la policía torturaba a las mujeres haciéndolas violar por perros. El juez García-Castellón luchó denodadamente para defender que no fuera procesado el monstruoso dictador Augusto Pinochet responsable de genocidio y terrorismo de Estado. Pues bien, este juez, que durante la dictadura franquista obviamente no hizo nada para luchar por la democracia, ahora se dedica a espiar a aquellos demócratas que pretenden ampliar las libertades individuales y colectivas. Entre ellos un amigo mío de Sabadell: Guillem Fuster al que le han espiado el móvil, igual estoy yo en el sumario. Y todos sabemos, que al juez no le pasará nada por extralimitarse porque lo defiende el PP, el Tribunal Supremo y el caducado CGPJ. Que son lo mismo. Garcia-Castellón es el mismo juez que ha perseguido a Pablo Iglesias. O sea, el deep state le roba el teléfono móvil de Dina Bousselham, el contenido es filtrado a medios afines y el juez persigue, no a los ladrones y mafiosos, sino a la víctima, a Pablo Iglesias.
Bien ahora que ya sabemos quién es, veamos que ahora quiere acusar a los dirigentes republicanos catalanes de, ni más ni menos, de ¡terrorismo! Es un burdo intento de hacer naufragar la ley de amnistía. No lo consigue. El argumento es que cuando hubo una gran movilización en el aeropuerto de El Prat de Barcelona un señor belga murió de un infarto. La familia del belga no ha hecho, después de cinco años, ninguna demanda. Como sabe cualquier persona “normal” en Catalunya no ha habido terrorismo. La convocatoria fue a cargo de una entidad llamada Tsunami Democràtic que en realidad era un grupo de Telegram con 380.000 seguidores. Si se hiciera un canal Telegram republicano español equivaldría a tener 2.280.000 seguidores. Obviamente no se sabe quién dirigía Tsunami Democràtic, pero el juez sin ninguna prueba, acusa de serlo a Carles Puigdemont de Junts y Marta Rovira de ERC.
Soy catalán y quiero recordar que en Catalunya se produjeron una parte muy importante de los atentados terroristas de ETA. El más sangriento de su historia el de Hipercor en Barcelona, el de Vic y el de Sabadell muy cerca de mi casa, donde pude ver en primera persona la brutalidad del terrorismo. Sabemos pues lo que es el terrorismo. Acusar a 2,3 millones de catalanes de actos terroristas lleva a cualquiera al límite de la indignación. Además, este juez ha exonerado a dirigentes del PP en muchísimos casos de corrupción sin ningún rubor.
El otro juez, Aguirre persigue una causa que reaparece cada vez que se necesita asustar a los republicanos catalanes. La pretendida trama rusa de la revuelta catalana. ¿De qué se trata? En octubre de 2020 tiene lugar en Cataluña la operación policial llamada “Operación Vóljov” en la que se detiene a 21 personas y se realizan 31 registros. Las informaciones filtradas son delirantes. Afirman que se había pactado con Putin traer a Barcelona 15.000 soldados rusos a bordo de destructores en el puerto de Barcelona. ¡Un desembarco ruso en una ciudad de la OTAN! Lo más impresentable es el propio nombre de la operación. ¿Qué quiere decir Vóljov? Se refiere a una batalla en la que participó la División Azul en 1941 dentro del operativo del cerco a Leningrado por parte del ejército nazi que causó más de dos millones de muertos. El teniente coronel Daniel Baena está detrás de esta delirante operación. ¿Quién es Daniel Baena? Firma los informes que llegan al Juzgado de Instrucción nº 13 de Barcelona, a la Audiencia Nacional y al Tribunal Supremo y es jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Mira que fascista y tonto es Baena, que siendo responsable de la investigación del 1-O, se dedica a insultar a políticos y entidades independentistas desde Twitter. Público destapó el caso. Baena era usuario de una cuenta de Twitter, Tácito, @nmaquiavelo1984, donde se dedicaba a vilipendiar a los independentistas. De día los investigaba y de noche ¡los pone a parir desde Twitter! Se esconde en las sombras para insultar a quienes tiene que investigar, como a Lluís Llach, en aquel momento diputado; critica a periodistas que intentan informar de lo que hace como Rebeca Carranco de El País, Mayka Navarro de La Vanguardia o Anna Punsí de la SER. Llega a criticar actuaciones de los Mossos d’Esquadra. El 2 de febrero, el Ayuntamiento de Barcelona anunció a través del concejal de Barcelona en Comú Jaume Asens que se iba a personar en todas las causas judiciales por la represión del 1 de octubre. Su comentario en Twitter fue: “Estaremos atentos en ver si para esto se utiliza el dinero público”. El 14 de noviembre, cuando su medio de cabecera, El Periódico, publicó “El independentismo echa el freno. Mas, Comín, Campuzano, Tardà y Òmnium se suman a la autocrítica de la estrategia secesionista”, la respuesta de Tácito fue: “Sí, pero los procesos no. Ahora no se para. La Justicia no para”. En primera instancia Daniel Baena reconoció que era Tácito en Twitter. Y cuando se le apretó un poco dio marcha atrás. Seguimos a Público. Carlos Enrique Bayo interroga: “Nos hemos enterado de que eres Tácito en Twitter”. Al verse acorralado responde: “Bueno… Pero tampoco eso no lo… Tampoco no, no… Digamos que es una cosa personal y no tiene nada que ver con… con eso… (…). No, ahí no tienen nada que ver con las investigaciones. Lo que tiene que ver con las investigaciones lo pongo en el Daniel Baena, uno que es oficial…” La desfachatez de los poderes del Estado es mayúscula. Aunque al coronel Baena lo pillaron por incompetente, el ministro del Interior salió en su defensa, el titular de la noticia lo dice todo: “Zoido miente en el Congreso al negar que el coronel Baena es también el tuitero «Tácito»”. Ante una pregunta del diputado del PNV Mikel Legarda sobre si pensaba tomar alguna medida disciplinaria, Zoido contestó: “Según me informa la Dirección General de la Guardia Civil, no se da ninguna circunstancia objetiva que justifique la toma de medida alguna contra el teniente coronel Daniel Baena. Los comentarios a los que usted hace referencia no son imputables a él, ni siquiera bajo pseudónimo”. Legarda procedió a la lectura de algunos de los 4.500 tuits: “El Estado ha vencido a la mafia instalada en las instituciones de todos; le ha quitado el poder al imponer el silencio en Cataluña”; o el publicado los días previos al 1-O: “Pongan las urnas en el suelo. Lentamente. Las manos detrás de la cabeza. Sin movimientos bruscos. Gire”. En un país democrático toda la causa contra el republicanismo catalán quedaría invalidada por el mero hecho de que los informes judiciales los realiza un individuo como este. Por si faltaba algo, Daniel Baena es condecorado por el Gobierno de Rajoy. Rufián pregunta y le responde el nuevo Gobierno del PSOE en boca de Grande-Marlaska: “No hacen valoraciones sobre el Gobierno anterior”. No es sobre el Gobierno anterior, es sobre la concesión de una medalla a un individuo de esta calaña. Las defensas de los investigados e insultados por este presunto señor pusieron una denuncia. La magistrada Alejandra Gil, la nueva titular del Juzgado nº 13 de Barcelona, archiva la denuncia argumentando que no hace falta investigar si efectivamente era Baena quien insultó desde una cuenta de Twitter, porque la ideología de Baena no influye en sus investigaciones y documentos. El problema añadido es que además no se investiga si comete perjurio por lo declarado en el TS donde Marchena lo protegió. En vez de expedientarlos les dan medallas. ¿Por qué Grande Marlaska lo protege? En fin, en base a estos relatos delirantes quieren acusar a los dirigentes republicanos de terrorismo y de traición a la patria. Y que de esta forma no puedan ser amnistiados. Vaya personal de extrema derecha que tenemos en la judicatura y en la Guardia Civil. No se me ocurre otra expresión que la de José Antonio Labordeta: ¡A la mierda!
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