Un espacio de entrevista que nace con la voluntad de compartir visiones y experiencias de personas relacionadas con las Casas de Juventud.
Quart de Poblet.
Dedicamos este espacio a una persona idealista implicada en la mejora de la sociedad. Estamos con Carla Balbastre Parreño, militante del Movimiento Laico y Progresista Valenciano, Educadora Social y actualmente Técnica de dinamización de servicios socioculturales en Quart de Poblet.
Como siempre empezamos con la pregunta de ¿cómo comenzó tu andadura militante?
Empecé haciendo las prácticas del Curso de Monitora de Tiempo libre en el esplai de Manises. Llevaba un tiempo desactivado y me enganché en el equipo que lo reabrió. Después de las prácticas me quedé de voluntaria casi dos años.
Después hice la selección de personal de la Federación Valenciana de Casas de Juventud. Estuve de animadora en el Centro Juvenil de Paiporta y en la Casa de Juventud l’Amagatall de Quart de Poblet. Con el tiempo empecé a asumir parte de la coordinación técnica de la Federación, donde estuve unos cuatro años. En ese tiempo entré también en la Escuela de Animadores como profesora.
¿En qué proyectos estás actualmente más activa?
Ahora dónde me siento más implicada es en la Escuela. Además, desde hace poco formó parte del equipo de Socie-Educación para cambiar el mundo.
Has estado acompañando a personas que empiezan a trabajar en Centros Juveniles, ¿cuáles crees que son las características que tiene que tener una persona para trabajar con adolescentes?
Lo primero dentro del ocio educativo es que tengan habilidades personales, un carácter especial, el gancho del que hablamos muchas veces. Esto les permite a las personas que trabajan con adolescentes captar su atención, tienen que ver algo en ti que les motive y que haga que te sigan, eso es lo principal.
Lo segundo, es la formación en ocio educativo, que les dé herramientas específicas y metodología de trabajo. Lo tercero, es tener muchas ganas, que te guste un montón trabajar con adolescentes, que se note, que sepas que la adolescencia es la etapa vital en el desarrollo de una persona donde se configura el pensamiento ideológico. Tienes que ser consciente que lo que vayas a hacer va a dejar huella. Si tienes mucho gancho y tienes mucha formación pero no te gusta estar con chavales no sirve absolutamente nada. Otro factor que añadiría, es lo interesante que es tener experiencia asociativa para el trabajo con grupos.
Tienes experiencia en el arranque de proyectos de ocio educativo con adolescentes, ¿cuáles piensas que son los impedimentos que más veces te has encontrado?
Creo que lo principal es entender que los proyectos de ocio educativo no son solamente una sucesión de talleres, actividades y juegos, sino que deben ser proyectos educativos que trabajen con adolescentes que tengan una serie de objetivos muy concretos y que son trascendentales en la vida de los chavales.
Otro impedimento con el que me he encontrado es que a veces las animadoras juveniles son muy jóvenes, les falta formación específica, no tienen una gran experiencia laboral ni asociativa. Les cuesta entender esto como una profesión, lo que complica la continuidad y estabilidad de los proyectos.
A nivel municipal, en el territorio valenciano en los últimos años ha habido mucha más predisposición a trabajar este tipo de proyectos. Pero hay que explicar que no es fácil, no es llegar montar un local, abrir y que los chavales empiezan a entrarte por la puerta. Se requiere de un trabajo conjunto entre la administración y las entidades especialistas en ocio educativo.
Otra de los problemas a los que me he enfrentado es como demostrar que el proyecto que nosotros estamos haciendo es un proyecto educativo, que tiene sentido y que además está funcionando. Aquí tengo que decir que hemos avanzado mucho, llevamos años recogiendo datos, anotamos números y ahora disponemos de herramientas concretas para saber los resultados conseguidos en nuestros proyectos educativos. Pienso que este es un reto que tenemos común la Administración, las entidades del ocio educativo y las personas que nos dedicamos a esto, ser capaces de encontrar un lenguaje común, que nos permita compararnos, compartir indicadores y ver la evolución de números concretos en nuestros proyectos. Poder disponer de herramientas específicas de trabajo, que nos de la visión de los resultados conseguidos.
Después de plantear este panorama, ¿animarías a alguien a dedicarse a esto?
Animaría a todo el mundo a trabajar en ocio educativo, que lo pruebe. Cuando estudiaba educación social la asignatura con más relación era la de animación sociocultural, la odiaba, me parecía horrible, dije más de una vez que nunca me iba a dedicar a esto, que no contaran conmigo y ahora mismo no soy capaz de verme en otra cosa.
En el fondo soy una romántica, siempre he querido dedicarme a algo que supusiera un cambio, que tuviera un significado, que tuviera sentido, que les pudiera aportar a las demás personas algo y este campo me lo ha permitido. En especial lo he podido experimentar con grupos de adolescentes, quiero que tengan más oportunidades de las que yo tuve y es muy potente porque todo surge de la voluntariedad. Vienen y se implican porque quieren, y lo que se genera desde ahí es muy fuerte. El amor que intento transmitir de mi profesión viene de ahí, de contribuir a transformar el mundo.
Mil gracias Carla.
A ti.
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